viernes, 27 de marzo de 2015

Quesos Elvira García, el lugar de la excelencia

Ayer tuve la oportunidad de  visitar, tras varios intentos, Quesos Elvira García junto a mi amigo Maestro Quesero y Afinador Salvador Valero de  Bon Fromage


Quesos Elvira García es una joven quesería, situada en El Barraco (Ávila). De familia ganadera, los hermanos Francisco y Jesús decidieron emprender su aventura con los quesos en el año 2013.

El lugar donde está  ubicada  es sencillamente extraordinario, un paraje que sorprende y enamora.



Francisco Alía García, Maestro Quesero de la Quesería Elvira García, nos recibe en su casa (y así nos sentimos durante toda la jornada, en casa) para enseñarnos las instalaciones. Destaca la pulcritud, la limpieza, el orden, la entrega al trabajo bien hecho. 

Paco nos comenta que, antes de empezar, ya tiene el 50% de la calidad del trabajo garantizado gracias a la excelencia de la leche de sus cabras. Durante cuarenta años, han criado a sus animales, conocen el árbol genealógico de cada una de sus cabras, seleccionando su genética, mimando y cuidando a cada animal. Fruto de su trabajo y devoción, son los premios a la calidad y cantidad de su leche otorgados por la Asociación de Cabra Malaguerña a nivel nacional, y garantía de la excelente calidad de sus quesos. 


Paco, Maestro Quesero, con enorme generosidad y gran profesionalidad, nos ofreció todas las explicaciones de las elaboraciones, procesos y afinación de todos y cada uno de sus quesos.  

En la primera cámara, la sala de oreo, la temperatura está rigurosamente controlada, al igual que la humedad. 



Los quesos de Elvira García cuentan con la gran suerte de disfrutar del maravilloso aire de la sierra, un gran punto a su favor. 





La visita a esta sala fue un divertimento para los sentidos (colores y olores) y una gran promesa de lo que está por llegar. 




Ambas cámaras nos enamoran, pasando un  largo tiempo en la de afinación donde pudimos  ver, tocar y  oler cada queso.




Mohos y levaduras se desarrollan en un perfecto  lugar. Sorprenden texturas y aromas que comentamos con entusiasmo.




En Elvira García elaboran quesos artesanales de máxima calidad y gran variedad. Cada queso tiene sus peculiaridades y matices diferentes. Una de sus estrellas es el "Luna Nueva", Segundo Premio al Mejor Queso Gourmet del Público Profesional en el 2014, queso de cabra de tipo ácido-láctico moldeado a mano, con un tiempo de afinado que oscila entre tres y cuatro semanas, con sabor limpio y afrutado.



El "Canto de Gredos" es un tributo a su tierra. Hemos encontrado en la corteza de estos quesos la misma geografía que se puede observar en las enormes rocas que salpican y guardan la entrada a la Quesería. De sabor exquisito y persistente, muy limpio, con notas a cereales y almendras.



Su "Musgo de Capra" Bronce en el Certamen Internacional World Chesse del 2014, de sabor elegante y persistente, con notas dulces de cereal, avellana y regusto de yogur. 

Además, ofrecen otras delicias como los Bombones de Iruelas o los Copitos de Iruelas, envasados en aceite de oliva virgen extra.

Ya en el obrador, donde las vistas  alegran el alma, encontramos a Miguel, que está manipulando y moldeando. 



Nos atrevimos nosotros a hacer alguna cosa, más que nada para la foto,  aunque  ya volveremos con el tiempo para ayudar en la elaboración. De nuevo  resalta la limpieza y eficacia del espacio en cada uno de los pasos de la elaboración. 



También somos testigos de la importancia del trabajo en equipo, todo un arte en algunos momentos. 


Al acabar, Paco nos prepara una cata de quesos acompañado por un rosado de la zona. Quesos ya conocidos y otros nuevos con los que  va experimentando. Todos ellos nos admiran, cada uno distinto con varios denominadores en común: la pasión, el cariño, el buen hacer, el amor a la tierra y a los animales sobresalen en todos.



La visita a las ya famosas cabras malagueñas, adaptadas al Barraco, no deja indiferente a nadie. Silencio, tranquilidad y más limpieza. Créanme cuando les digo  que, tras visitar muchas Queserías con ganadería propia, nunca he visto lo que en la tarde de ayer: animales que rezuman satisfacción, bienestar, alegría y limpieza. 

Unos animales limpios y tranquilos, preciosos, conviviendo en un espacio amplio por donde se mueven con  libertad, forraje seleccionado de la zona que cuando lo llevas a la nariz recuerdan las notas de los quesos que hemos catado.


Obstáculos estratégicamente puestos para que las cabras  tengan la necesidad de moverse y esforzarse para comer.

Jesús, el hermano de Paco, es el artífice y cuidador de todo ello. De nuevo se nota el amor que tienen por los animales. Conoce su estado de humor, su personalidad, las observa, ellas acuden a saludarlo y se acarician mutuamente…. No nos cansamos de mirarlas y admirarlas.


Tenemos la oportunidad de ver la fase del ordeño donde toda la familia participa. Un orden casi militar que se imponen las propias cabras al acomodarse en su lugar mientras, curiosas ante nuestra visita, nos observan.


Allí se encuentra Elvira García, madre y precursora de todo ello, junto a su marido Francisco Alía. Orgullosa nos pregunta si nos ha gustado la visita mientras ordeña, pasando de  una cabra a  otra, sin romper el ritmo. Afable, trabajadora incansable  a la que no se le ocurre otro lugar  mejor donde estar. Conociéndola se entiende de donde proviene esa humildad, fortaleza y entrega de la familia que los hace grandes profesionales.


Regresamos cuando ya comienza a caer la noche, admirados  por el gran día que hemos pasado con toda la familia. No podemos menos que comentar todo lo vivido   camino de Madrid y congratularnos haber tenido tanta suerte. Sin duda una de mis mejores experiencias, comparable con la que me deleito cada vez que como uno de sus quesos.

Sus productos se pueden encontrar en tiendas especializadas en diferentes ciudades como Madrid, Barcelona, Alicante, Sevilla, Almería, Murcia. Además, abren sus puertas al público en general los fines de semana, realizando catas, explicando las peculiaridades de sus quesos y venta directa. 


 ¡Gracias familia!



martes, 17 de marzo de 2015

La buena salud de nuestros AOVES

El pasado viernes día 12 finalizó en IFEMA  la World Olive Oil  Exhibition , el mayor encuentro internacional dedicado  al negocio  del aceite de oliva.

Más de 100 almazaras y un crecimiento del 35 % de visitantes  de todos los países  hacen que este encuentro   se consolide como cita  referente en el sector.

Interesantes ha sido las catas impartidas  así como la  muestra de aceites que estaba a disposición de los visitantes para su degustación y deleite. Una gran muestra de nuestro oro líquido que sigue consiguiendo adeptos. Un gran impulso al mercado que  la pasada  campaña no ha sido de las mejores en cuanto a cantidad pero sí en calidad.



Como valor añadido el stand de productor gourmet a base de AOVES. Desde las tortas de anís, conservas, patatas fritas, toda clase de productos en conserva…. en y con aceite, obviamente.



Una vez más cocineros de primer nivel han demostrado que es un elemento imprescindible en la cocina. Nacho Saiz lo demostró con unas texturas de tomate  zafarraya  y un picho de pulpo con pequeñas patatas a baja temperatura aderezado con aceite de su almazara, Campopineda.

Kike Piñeiro  realizó un show cooking uniendo sus raíces y pasión, el mar, con AOVES realizando un espectacular trabajo.

Zamburiñas con lechuga de mar y lima, mejillones naturales con wakame  y su propio escabeche,  por cierto, delicado y suave nos sorprendió a todos. Tomate deshidratado, falso caviar de aceite con anchoa.



Y el mejor plato,  en mi opinión, el taco de atún con espuma fría de aceite, macerado en soja y aceite durante 12 horas  Sin duda una gran apuesta donde los sabores  engrandecían el gran producto utilizado y donde Kike jugó  con picuales y arbequinos. ¡Enhorabuena chef!



No había otra manera de terminar mejor que con algo dulce. Bombón  liquido de chocolate negro y  aceite. Se funde en boca y explota: una cascada de sensaciones que se acentúan con esa pizca de sal Maldon en el interior. Prohibido morder.

Y el bombón blanco con pétalos de rosa. Un toque sutil lleno de aromas  sorprendentes.



Sin duda una buena manera de terminar la visita.


¡Larga vida a nuestros AOVES!