lunes, 21 de noviembre de 2016

Kraftkar, el queso que vino de Noruega .

Tres días, tres han sido de la fiesta del queso en San Sebastián.

Resumir el trabajo de tantos meses en un artículo es imposible, solamente el intento de hacerlo da vértigo. Vamos a intentarlo.

Seguramente el titular ha sido (y es) que un queso azul noruego ha sido elegido como el mejor del mundo en el World Cheese Awards 2016



También todos han contado que es una pequeña   quesería llamada Hanen del centro del país (Tingvoll), que cuando vio su nombre en la pantalla gritó y saltó. De las manos de los 16 jueces supremos comenzaron a salir los 5 (máxima puntuación) y los cuatro sumando la cifra mágica de 71 puntos de un máximo posible de 75. 


Había superado a los Cremositos del Zújar español que hasta ese momento estaba en primera posición.

Un queso azul noruego de leche de vaca pasteurizada, con un peso aproximado de 800 gramos y una curación de doce meses. La primera duda que me asaltó era  que si con 800 gramos y esa curación el queso no estaría demasiado seco. 






Pude hablar con varios de los jueces supremos que estuvieron en la cata final, como Carlos Yescas, Victoria Urresti , Ruth Lozano o Bruno Cabral, y absolutamente todos me confirmaron que el queso era “mantequilla pura” con una cremosidad exquisita. 

Confieso que me emocioné cuando Gunna subió al estrado y, entre sollozos y gritos de alegría, contó que lo único que hacía era “levantarse muy pronto para hacer queso”. Y ya que estoy, también confieso que alguna lágrima se me escapó, como a la mayoría de los presentes. Sin duda, esta imagen ha sido la portada de toda la prensa y quedará en nuestra retina.


Sin embargo, hoy voy a contar que, hasta llegar a ese momento, ha habido un trabajo enorme por parte de mucha gente, comenzando por Artzai Gazta quienes lograron imponerse a otras ciudades y celebrarlo en Donosti. También han logrado, junto a la organización World Cheese, traer a 3.061 quesos de los seis continentes y convocar a 266 jueces de todo el mundo.

 Impresionan las cifras y sobretodo la cantidad de records que se han conseguido. Enhorabuena por el excelente trabajo.

A parte del concurso en sí se ha celebrado el International Festival Cheese durante tres días en los que los quesos españoles han estado presentes, el I Foro Internacional de pastores, diversas ponencias y charlas donde hemos podido aprender por ejemplo de los quesos brasileños y mexicanos.



De igual manera hemos podido experimentar con Subijana y sus creaciones o con José Ferrer con Vinos de Jerez y Quesos de Leche Cruda. La oferta era inmensa para todo aquel que quisiera adentrarse aún más en el mundo del queso.


Personalmente, como jueza catadora internacional, la experiencia ha sido de las más gratificantes que he tenido en cuanto al mundo del queso. No hablo sólo de la experiencia de la cata en si misma -aunque es cierto que la visión de una sala con 3.061 quesos impresiona-, el mero hecho de conocer y poder conversar con grandes y admirados profesionales del mundo del queso ya es para sentirse afortunada.



Absolutamente toda decisión era por consenso y en nuestro equipo de 4 jueces no tuvimos problemas tras catar cada queso, en ningún momento necesitamos a uno de los árbitros para que mediara. Una de las premisas en estas catas es ir con mente abierta y disfrutar de la misma, y 46 quesos dan para mucho.

En la mesa número 32, en la que yo estaba, hubo muchos quesos regulares y tres fantásticos de los que pudimos disfrutar y deleitarnos De ahí salió nuestro Super Gold, un queso canario al pimentón que llegó a la gran final.


 Un gran papel para los quesos españoles que han quedado en segundo lugar (los ya mencionados Cremositos de Zújar empatados con un queso de Mahón, Cala Blanc) y el tercer puesto por parte de El Bosqueño, un queso de oveja grazalemeña junto a un Gorgonzola dolce.

Una extraordinaria representación de nuestra marca “quesera” española que ha dejado el pabellón muy alto y que estoy segura que el año que viene seguirá subiendo tanto en participación como en calidad.

Ahora toca disfrutar de las medallas conseguidas y seguir trabajando .Enhorabuena a todos!






lunes, 14 de noviembre de 2016

Rubaiyat: llegó la Feijoada a Madrid

Cita imprescindible que cada año anoto con más cariño en la agenda porque tanto la presentación, comida y servicio  en  Rubaiyat son extraordinarios.

Decir que la feijoada es un plato típico brasileño es decir muy poco: es una explosión de color, sabor, texturas y cantidades. De ahí que sea esta la única que se hace en España con la suerte añadida que sea de una calidad excelente . Si quieres viajar a la cultura gastronómica brasileña sin moverte de Madrid este es tu lugar.

Un desfile de más de 20 ollas de cobre con las recetas y platos más tradicionales de Brasil dispuesto en modo buffet siguiendo la tradición.


Es para volverse loco dando vueltas y viendo uno a uno la cantidad y calidad de todos los productos que se pueden degustar: cerdo (pata, oreja…), chorizos, salchichas, feijãos(judías negras), farofa (plato típico brasileño elaborado a base de harina de mandioca, huevos, carne seca y perejil)..

La base de la Feijoada se compone de alubias pintas y arroz, que se acompaña de una gran (y cuando digo gran me quedo corta) carnes ahumadas, saladas y frescas, como solomillo adobado, longanizas, lomo, costillas, chuletas a la parrilla, manitas, lengua y rabo de cerdo.



Pero no queda ahí la cosa, que para acompañar tienes torreznos (un no parar de comer oiga), bacon, esa yuca frita que me vuelve loca, naranja y piña a la plancha, algo fresco que viene muy bien para limpiar el paladar.

Rubaiyat hace un guiño a la cocina española añadiendo chistorra y el chorizo de pincho. A estas alturas ya habrás supuesto que tienes donde elegir esto es un gran homenaje a uno de los platos menos conocidos del país carioca.


A partir del 5 de noviembre se celebrará cada sábado mientras el frío esté instalado en Madrid y donde la puesta en escena será en la mitad del restaurante para que todos sus comensales puedan acercarse y participar en este festín gastronómico.

La Feijoada es un guiso de tradición brasileña que tiene su origen en la época de colonización europea en Río de Janeiro. Se dice que el origen del plato está en los esclavos de Brasil, que añadían a las feijãos que comían habitualmente la carne que sobraba de las fiestas de los dueños de las plantaciones.



 Es típica de los meses de invierno por su contundencia y tienes la oportunidad de degustarlo cada semana en uno de los mejores restaurantes de la capital.

El precio del plato a tu gusto es de 22€ adulto y 15 € los niños menores de 12 años.

Restaurante Rubaiyat
C/ Juan Ramón Jiménez 37-Madrid
Teléfono reservas: 913 59 10 00






martes, 8 de noviembre de 2016

Piscomar by Jhosef: auténtica cocina peruana

En Madrid hace ya algún tiempo que la cocina peruana está triunfando. Una de las razones es la explosión de chefs rompedores que están conquistando nuevos adeptos gracias a su cocina basada en la mezcla de culturas.

Del restaurante Piscomar me sorprendieron dos cosas. En primer lugar, que es uno de los peruanos mejor valorados, y no sólo en Madrid. Mirad cualquiera de las páginas que se dedican a posicionar por las valoraciones de los clientes y lo encontraréis en las primeras posiciones.

Por ejemplo, en GastroRanking se encuentra el primero en este tipo de restaurantes y muy bien situado entre los mejores de Madrid.

En segundo lugar, la franqueza de su comida. Si en restaurantes de cocina española pido las croquetas o la ensaladilla para adivinar el nivel de la misma, en un restaurante peruano es el cebiche tradicional el que te dará las pistas para saber cómo será el resto.



Y aquí es donde Jhosef se ha lucido. El llamado “Me sabe a Perú “abrió las puertas a esa cocina auténtica de la que antes hablaba. Es quizás uno de los mejores cebiches que he probado donde la corvina era la protagonista. Elegante y redondo. 




También me gustó la idea de tener el choclo y el boniato como acompañante y no en el propio cebiche, dejando que pudiera disfrutarlo como se merece.

Antes de llegar aquí es casi obligatorio comenzar el menú con una causa limeña y su pertinente Pisco sour. Una manera distinta de presentarlo, pero resultona y atractiva.



Otro de los platos sorprendentes es el Pulpo Braseado pasados por ají panca con salsa de ají y chimichurri y las Conchitas a la Parmesana (zamburiñas aliñadas con gotas de lima y salsa inglesa gratinadas con queso parmesano).



Estas últimas no tienen nada que envidiar a las que prepara Irene Gutiérrez en su templo de Palma de Mallorca (Sumaq) y de las que me declaro fan número uno.

Otra forma de probar el pulpo es el Tiradito “ Moqueaguano” donde las láminas se aliñan con aceite de oliva con lima y  se bañan en una salsa de aceituna peruana y quinua crujiente 



Seguimos con platos para compartir y “Jalea Mixtura” nos demuestra la maestría para rebozar de Jhosef. El pescado y marisco (de muy buena calidad) se aliña previamente con junje y se acompañan con yuca frita y salsa tártara.



Tras probar otro pisco (maricucha) nos pasamos a la cerveza del país, Cusqueña, que nos servirá de hilo conductor durante el resto del menú. Catamos las tres de las cuatro que tiene en el mercado (dorada, roja y negra).

Nos atrevemos con “Levanta Muerto”, una sopa de pescado a la que le viene muy bien el nombre (se servía a los trabajadores tras su jornada).  O como lo describen ellos, una “parihuela” de mariscos y pescados cocinado a baja temperatura con cerveza y cilantro. 




 De toma, pan y moja. Ahora que ha llegado el frío son esos platos que te reconfortan y levantan el espíritu.

Para terminar con los principales pudimos probar el “Seco a la Montaña”, cordero deshuesado macerado en chicha de jora y cocido a baja temperatura con hierbas novo-andinas.



Aunque no os lo creáis, quedó un lugar para el postre y destaco el Cheesecake de Lúcuma con tierra de oreo, aunque todos se merecen dejar un lugar para tomarlos.



 El espacio del restaurante es pequeño, casi íntimo con un servicio profesional y amable. 

En definitiva, un lugar para repetir varias veces por su gran relación calidad-precio con auténtica cocina peruana.

Restaurante Piscomar by Jhosef
C/San Isidoro de Sevilla 4 Madrid
Tf: 910 01 45 97
Precio medio :25-28 €
Dispone de menú diario (aunque recomiendo la carta)